Carmen Domínguez. La última moda de los zapatos de tacón me tiene asombrada. Esos no son los zapatos de tacón alto de toda la vida, sino metafóricamente hablando son rascacielos zapatiles. Trepar a esos botines, porque esos escarpines no se calzan sino que hay que subir, es un ejercicio de audacia.
Las sufridas usuarias de estos engendros, tienen que hacer un adiestramiento extra para poder mantener el equilibrio a esas alturas., porque no son sólo los talones, sino que hay que añadirles las horrendas plataformas. No se reivindica aquella otra moda de puntiagudos calzados que llegaban al lugar de destino antes que tu, tampoco se trata de eso,pero es que a estos parece que le han dado un puñetazo en la punta y se han quedado sin nariz, osea que son todos chatos.
El sentido común de las mujeres es mayor que el de los diseñadores y por la calle se ven pocos, ya que andar con esos escarpines por las vías es una candidatura para romperse, por lo menos, un tobillo.
Las que más padecen esta novedad son las tertulianas,presentadoras y artistas de diversa índole en canales de TV, fiestas,desfiles etc. Aunque a veces no lo pueden disimular, andan como si estuvieran pisando huevos, naturalmente perdiendo elegancia y seguridad, no las culpemos ya que los realizadores deben obligarlas a usar esta actualidad. Donde están los zapatos de Chanel que estilizan la figura y dan gracia y sensualidad al andar de la mujer? Seguramente perdidos en la noche de los tiempos, en aras de la modernidad de estos nefastos tiempos.