Puri Pérez. Este verano como en años anteriores pensamos en hacer una escapada en vacaciones. Al principio teníamos varios destinos para escoger, pero dado que en estas fechas todo duplica el precio, y estaba todo saturado, decidimos hacer una escapada por tierras segovianas.
He de decir que tanto a mi marido como a mí nos ha gustado. Nuestra primera visita fue a Segovia. Situada en las confluencias de dos ríos, el Eresma y Clamores, al pie de la sierra de Guadarrama. Nada más entrar ya ves la impresionante obra de ingeniería que dejaron los romanos, el acueducto con más de ochocientos metros de largo y ciento sesenta y siete arcos, en la parte más alta tiene veintiocho metros de altura.
Después de hacer fotos y callejear tocaba comer, un dilema, tantas ofertas tantos asadores y al final nos decantamos por uno, Casa Duque, un mesón del año 1895 donde se come lechazo asado o cochinillo. Después de pensarlo, con muchas dudas, elegimos el cochinillo , para que no se diga, pero este manjar para algunos , para nosotros fue una pequeña decepción , lo mejor el postre , el ponche segoviano, un pastelito cremoso, una delicia.
Segovia tiene pueblos serranos, labriegos, de piedra, de ladrillo y teja, pueblos como Pedraza famoso porque en él se ruedan muchos anuncios de tv, Sepúlveda, Cuellar, Riaza Ayllón todos ellos como si el tiempo se hubiera detenido, con sus grandes plazas, sus castillos, su historia.
En este viaje me he dado cuenta que, como sucede en la mayoría de los pueblos de interior, hay mucha gente mayor, no hay jóvenes; en invierno quedan solitarios mientras que en verano duplican sus habitantes, por las vacaciones, las fiestas , pero aún así son pueblos tranquilos y pasear por ellos y contemplar esas casas y esas calles de piedra es como regresar al pasado e imaginarte como debía ser la vida de antaño .