Puri Pérez. De hierbas medicinales las que más sabían eran estas mujeres llamadas Trementinaires, su oficio consistía en recoger todo tipo de hierbas del campo, secarlas y clasificarlas cada una para un remedio, había infinidad, también vendían la trementina o aguarrás, que lo obtenían mediante la destilación de la resina , no solo de pino también de otras especies de coníferas .
Bajaban desde las montañas, concretamente de Tuixen (Alto Urgel) hacia el valle a vender por las masías y pueblos cercanos sus productos. Siempre iban de dos en dos , solían ser de la misma familia , abuelas y nietas , madres e hijas, este oficio era muy duro ,ya que tenían que recorrer muchos kilómetros, pero era su manera de aportar algún dinero a casa , pues eran tiempos muy difíciles , estamos hablando de mitad del siglo XIX .
Las Trementinaires conocían todas las plantas y sus beneficios, y todos tipos de ungüentos, eran sabias como la naturaleza.
De alguna manera han dejado su legado y ello ha permitido que muchas personas se interesen por este oficio tan apasionante, aunque sea de muy diferente manera, menos peligrosa y más cómoda. Se trata de las tiendas naturistas, o herboristerías, donde cualificados Naturópatas y expertos en dietética y nutrición ayudan y aconsejan a los clientes que buscan alternativa a la medicina tradicional.
Existe un extenso surtido de productos naturistas , ecológicos e infinidad de plantas medicinales , raíces, además de vitaminas, jarabes, arcillas y aceites esenciales. Entrar a un herbolario es un placer, las fosas nasales se abren y enseguida penetra ese olor a campo, es una mezcla de olores, a tomillo, a romero, a manzanilla, a menta, a salvia, a hinojo, a regaliz, eucalipto, a tila, a mejorana.
Estas plantas medicinales nos hacen sentirnos bien, nos relajan, nos ayudan a hacer la digestión, nos limpian el organismo, son muchos sus beneficios. Es por ello que nuestras Trementinaires están de moda, porque la naturaleza nunca muere.