Puri Pérez. Si hay un momento por excelencia para los buenos propósitos, sin duda, es el fin de año. El momento de tomar las uvas y brindar con cava por el año que acaba de nacer es un soplo de alegría. chocar las copas y decir ¡Salud! Es un minuto mágico y dentro de nosotros se remueve algo, florecen las emociones y recordamos a los seres queridos que ya no están con nosotros, pero también es el momento ideal para comenzar el año deseando cumplir nuevos objetivos, nuevos deseos.
El más popular y el más comentado es sin duda hacer dieta. Después de las comidas tan copiosas de estos días de fiesta, a nuestro motor le hemos echado de todo y mezclado todo tipo de alimentos y bebidas, así es que todos queremos limpiar nuestro motor y nuestras tuberías, de grasas saturadas, de colesterol y de otras sustancias que hacen que nuestro organismo esté afectado con algún kilito de mas.
Por eso, otro de los deseos de muchos es apuntarse al gimnasio y hacer ejercicio. Dejar de fumar o aprender otro idioma, ser mejor persona, dedicar más tiempo a la familia. Cuidar y conservar las relaciones personales. Leer más, ir con más asiduidad al cine, son algunos de nuestro buenos propósitos. Pero rara vez conseguimos mantener a largo plazo y en muchas ocasiones pecamos de optimistas, sobre todo, en los primeros días del año.
Para llevar a cabo estos buenos propósitos hace falta determinación, una buena actitud y mucha fuerza de voluntad.
Así es que cada cual dibuje su año con optimismo, que lo colme de colores, de amor y amistad.