Puri Pérez. Cuando mi hija me dió la noticia de que iba a ser mamá, algo dentro de mí se agitó.
Fue una sensación muy extraña, iba a tener un nieto, así que cuando lo tuve por primera vez en mis brazos, enseguida sentí el lazo que me ataba a él, ya lo quería incluso antes de nacer, el binomio abuelos nietos crea un vínculo, una unión emocional que ya perdurará para siempre, creando un beneficio psicológico mutuo.
Algunos nietos crecen cerca de los abuelos, gozando ambos de su compañía, otros viven alejados, y solo lo visitan para verano y para la Navidad, otros, se ven una vez a la semana, pero también existe una minoría de abuelos que no pueden ver a sus nietos por conflictos y separaciones de la pareja, y por último están esos abuelos que casi ejercen de padres, los llevan y van a buscarlos al cole, les dan la comida, la merienda, incluso la cena. Además, en verano, muchos nietos marchan al pueblo con los abuelos.
Pero sea lo que sea, los nietos son un bálsamo para los abuelos, estar con los nietos revitaliza y rejuvenece, y también por supuesto aprendes de ellos. Hoy en día muchos de los abuelos se ven forzados a instruirse en las nuevas tecnologías, con el fin de poder comunicarse, ya sea por el móvil, wathsapp, ordenador, o skype.
El papel de los abuelos es muy importante, ellos también aportan su granito de arena en la educación y en los valores, y su amor es inmenso e incondicional. Yo personalmente, no he tenido la suerte de conocer a mis abuelos, y me hubiera gustado conocerlos, para que me contaran historias, cuentos, me llevaran de paseo, me regalasen cosas, o sencillamente llenarlos de besos.
Así que desde aquí mi gran respeto para todos los abuelos-as contadores de historias y de sueños.