Puri Pérez. Cuando visitas una ciudad nueva, te informas de los lugares de interés y de las diferentes rutas turísticas, que dicha ciudad ofrece.Últimamente, algunas ciudades han incorporado en su guía, el “Necroturismo” es decir, visita a cementerios.De cementerios, hay muchísimos, pero algunos destacan más que otros. Como por ejemplo el de Montparnasse y el Pére Lachaise en Paris, o el cementerio Judío de Praga. O el cementerio de La Recoleta, en Argentina, también en Nueva York, existen algunos, comoel Green Wood, el Sleepy Hollow y el Woodlawn Cementery. Todos ellos guardan en sus entrañas muertes tristes, historias quebradas.
Aquí, en Barcelona tenemos varios, pero hay dos más relevantes. Uno es el Montjuic situado en la ladera de la montaña, con unas vistas espléndidas hacia el Mediterráneo. El otro es el de Poblenou, es el más antiguo ya que data del 1775; desde esa época ha sufrido numerosas modificaciones.Llama la atención las verdaderas joyas arquitectónicas de sus esculturas y panteones, los mausoleos y las criptas.Paseando en silencio por estos pasillos, te das cuenta de lo frágil que puede ser la vida y te hace recapacitar en muchos aspectos de tu día a día.Pero al salir de allí vuelves a la vida cotidiana, pensando que nunca te vas a morir. Muchos son los personajes del mundo de la cultura, de la música, de la literatura y del teatro que aquí descansan. Pero haciendo el recorrido por ese laberinto de tumbas, me fijé concretamente en una, es la tumba de un tal Francesc Canals Ambrós 1877-1899 más conocido como el Santet de Poblenou. Segueix llegint »