Cuando volví al barrio, después de catorce años, volví con pocos ánimos y sin ganas de hacer nada. Después de algunos años malos para mi, en el barrio, hallé mi camino.
Encontré el calor de los antiguos amigos, me ayudaron mucho. Aunque ellos piensen que no, me hacen coger ilusión por muchas cosas que yo desconocía. Una de las cosas que me ha llenado mucho es el mundo de los mandalas. Ahora hago mandalas. Me encuentro más animada y con más ganas de hacer cosas.
TANYA JÍMENEZ