Somos cuatro amigas de la misma edad mas o menos, y cuando es el cumpleaños de una de nosotras, miramos que obra de teatro o espectáculo interesante está en cartel ante y la invitamos. Así fue como el día 13 de noviembre fuimos al mítico MOLINO DEL PARALELO . Las entradas incluyen una copa de cava o bien puedes cenar. Al no ser numeradas (antes tampoco lo eran), si quieres ser de las primeras tienes que hacer una hora de cola y así lo hizimos.
Al entrar te recibe la Merche Mar, una de las vedettes antiguas del Molino, que, ahora, es jefa de sala. Un camarero vestido diferente (el nuestro iba de paje), que también actua en el espectaculo, te lleva a escoger la mesa que quieres. Al sentarme pude mirar como era la sala: más romántica, más moderna pero más fria. Antes, el público estaba más codo a codo, participaba mas en el espectáculo. La sala era diferente, mas próxima .La representación dura hora y media y se titula MADE IN EL PARALELO.
Me diverti pero encontré a faltar los chasquidos un poco salidos de tono,las vedettes bailando entre el público y haciendote sonrojar al meterse contigo y las plumas de las bailarinas y de la primera vedette. Pero también pienso que son otros tiempos y ya no tenemos un Jonson, un Escamillo o una Naty Mistral.
Pero que continúe, porque lo que mas me emocionó fue ver otra vez las aspas rojas del MOLINO dar vueltas.
NURIA