Dulce atardecer de ensueño,
claveles, rosas, jazmines,
cuando me tiene en sus brazos
se duerme el mundo , despierta
una claridad inmensa
y en mi alma hace su nido.
Brisa, lluvia, llanto, risas y entre ellas..
desbordada la pasión,
ternura inmensa..
Subimos a lo más alto
y como una rosa encendida,
en el cielo me despierto.
Su sonrisa, sus labios
semejan
desconocidos misterios
y una esperanza nueva
para los temblorosos cuerpos.
Maria Lluïsa Pena Bernad
Maravilloso canto al amor,
un poema donde el roce de los labios
se convierte en árboles, espuma, flores…
en un campo donde el sol revienta rosas y abre corazones
Sólo quien ama puede escribir así.
Felicidades por este bello verso.
Precioso poema,
qué nuevas verdades alumbra el amor,
que nunca ve en las cosas
la normal realidad que las envuelve,
más bien la trasforma.