Carmen Domínguez. Últimamente, despertamos cada mañana con unas siniestras noticias económicas que nos deja estupefactos y perplejos. Se tiene la impresión que todo el sistema que hemos construido durante los últimos 30 años con trabajo, acuerdos (léase transición) y, como no, entusiasmo y perseverancia, explotará el día menos pensado
El pueblo se pregunta con estupor, como deshacer todo este entuerto que los medios nos presentan diariamente. Vivimos en una confusión constante sin saber a que atenernos. Intentamos trabajar con ahínco para ver si llevamos este país, antes denominado milagro, a flote. Nos perdemos en un marasmo de apocalípticos informes financieros que nos desalientan y amedrantan.
Mientras tanto los políticos pasan su tiempo en inútiles e inacabables reuniones. Convocan ruedas de prensa donde exponen planes y más planes, pero el paro sigue aumentando sin control, y nosotros, el pueblo llano, continuamos atónitos preguntándonos como saldremos de todo este dislate que nuestros dirigentes han provocado.
Pero somos unos tozudos optimistas y la experiencia nos ha enseñado que si tienes un problema, ponte manos a la obra para solucionarlo tu mismo, sin esperar nada de los otros, y dicho y hecho, ahí tenemos el 15M. A ver si le da al ejecutivo un empujoncito, o un empujón.
Diariamente, nos bombardean con un idioma inteligible para la gran mayoría como: prima de riesgo, IBEX 35, deuda soberana, etc. Después crisis, crisis y más crisis. En fin esta es nuestra RABIOSA ACTUALIDAD.