Hace tiempo que los medios de comunicación nos están bombardeando con historias, más que deprimentes, de gente que cuenta sus miserias por cantidades millonarias. Y lo triste es que son líderes de audiencia. Junto con otros programas basura.
Pero lo más penoso de todo esto es que personajes que tenían un gran nombre dentro del mundo del cine o de la canción, de la política o de cualquier otra profesión, que, con tesón y mucho trabajo, habían conseguido tener un hueco en la historia, se hayan prestado o estén prestando a contribuir a este despropósito de información que es la telebasura.
Dan verdadera pena, viendo lo que fueron, cada cual en su profesión, cuando eran la ilusión y la alegría de la gente, tenían el respeto, la admiración y el cariño del público.
Y por su mala cabeza, su ambición desmedida, la corrupción, su despilfarro o, en los casos más tristes, la droga o el alcohol, han echado por la borda el sacrificio de una vida, dando paso a la decepción, el bochorno, el deshonor y por si fuera poco, no tienen vergüenza en contarlo en los platos de televisión.
Nunca podré entender esto.
Berta Riesco