Puri Pérez
Un nuevo día se levanta ante mí,
un día para el pintor, para el pensador, para el fotógrafo y el poeta.
Un día, entre blanco y gris, húmedo, sereno,
y, casi de puntillas, silencioso, se mueve un hálito de aire
que hace bailar las ramas de mi olivo y mi limonero.
Todo está tranquilo en mi barrio, ni coches, ni motos, apenas transeúntes,
solo pajarillos que saltan de rama en rama
o palomas quietas, acurrucadas debajo de un alero, viendo pasar la mañana.
Yo dejo pasar las horas, mirando hacia adentro
y siento como las palabras y sentimientos van germinando,
deseando salir en este día de otoño, tan húmedo y sosegado
tan, tuyo, tan mío, tan verde y ocre, tan lleno de vida.