Carmen Domínguez. Esto pasó hace muchos años. Recuerdo la luces, de los pueblos que pasaban. Era de noche se adivinaban las siluetas de las montañas y los campos. No tengo en mi memoria donde iba, ni de donde venía.
Estaba extraña como flotando, pero sabía que llegaría a mi destino. Soy una gran trotamundos La prueba está que desde que nací hasta los 60 años, me desplacé por lo menos dos veces al año. Curiosamente nunca de vacaciones, ni turismo, solo por trabajo.
Me he transportado, lejos, cerca, por tren, avión, coche, barco, y hasta una vez fui andando desde Sao Pablo hasta Santos una distancia de 100 Kms:.. He ido sola, acompañada, en grupo (entiéndase con la compañía de teatro, o con el circo). A veces he sentido miedo, dependiendo del lugar y a la hora que llegaba, otras me he perdido, pero esta vez era algo diferente.
Recuerdo que no tenía recelo como pasa en algunos viajes, especialmente de barco. La inmensidad del mar, el no ver otra cosa que cielo agua y horizonte me produce angustia. Pero no era nada de eso, las luces, a veces me parecían de colores brillantes. Los desconocidos compañeros de viajes sonrientes y ruidosos, y yo feliz hasta que amaneció, y me llevé un gran susto. Me vi en la Plaza Urquinaona. Me preguntaba qué había pasado? Había tenido un viaje fantasmagórico.¿ Como? Pues muy simple había cogido un cigarrillo que mi marido había dejado encima de la mesa antes de irse a dormir,( en esa época fumaba) y lo encendí. Era un porro, y me pasé la noche en este viaje alucinante.