El otro día me fui a dormir con espanto. Tenía miedo de tener pesadillas horrorosas, como de ser violada y que el delincuente que me vejaba era exonerado de culpa porque había salido una ley que despenalizaba este atroz delito. Y quien era el salvaje que había promovido semejante desverguenza?
El culpable de mi zozobra era un articulo editado por un semanario religioso, que, en vez de promover la paz y el amor, se dedica a proclamar salvajadas, como que el sexo cuando se disocia del matrimonio y la procreación deja de tener sentido o no considerar la violación como un delito.
Yo me pregunto: ¿es que estos señores se han parado a pensar en lo que han dicho? Es que no se han dado cuenta que estas palabras, aunque sean supuestas, no dejan de ser un insultos a todas las mujeres de este mundo? Es que no se acuerdan que ellos con toda su religiosidad, (muy poco piadosa, por cierto) han sido parido por mujeres? Es que alguna vez han visto una mujer violada? Es que no saben que una violación no se resume a una penetración, que también sin consentimiento es humillante, sino que normalmente va acompañada de un apaleamiento, unas vejaciones y normalmente secuelas psicológicas para casi toda la vida? Donde está la piedad tan cacareada por esta institución milenaria llamada Iglesia?
El sexo consentido, NO IMPUESTO, es un instinto en todo ser humano, que no tiene que ser regulado por contrato y que una mujer por practicarlo fuera de estos páramos no tiene porque ser castigada, con semejante atrocidad, de despenalizar al energúmeno que la obliga y la apalea por el simple hecho que ella no lo consienta.. Todas las mujeres sean de derecha, izquierda o centro han sido vilmente injuriadas con estas palabras.
Carmen Dominguez