Carmen Domínguez. Nuestro gobierno está empeñado en que seamos buenos ciudadanos. No quiere que derrochemos, por lo tanto controla nuestro presupuesto. Se acabaron los jolgorios. Son tiempos de austeridad, nos repiten machacanomente. La ciudadanía asombrada trata de asimilar, mas que menos , estas nuevas normas.
Nos presentan un momento económico sombrío, por lo tanto nuestros derechos tienen que ser menguados y nuestros impuestos incrementados. El pueblo se pregunta abrumado cual ha sido su pecado para merecer tamaño castigo.Ve como, inexorablemente, los colegios, hospitales y ayudas varias se desvanecen, mientras el apetito insaciable de los bancos engulle millones de sus impuestos, en forma de rescate. Los corruptos son considerados “no culpables” y se contruyen estatuas horrendas e inútiles a precios astronómicos. ¿Y nosotros qué? se preguntan los habitantes. Hemos trabajado y contribuido a la riqueza del país con nuestro esfuerzo, y, ahora, tenemos que pagar los desmanes de algunos politicos y especuladores sin escrupulos.
Barrunto que la reforma laboral nos retrotrae a finales del siglo XIX cuando los patrones podian hasta abofetear a los obreros, entre otros previlegios, y, menos mal, que se han olvidado del”derecho de pernada”. Segueix llegint »