Puri Pérez. Son muchos los pintores y pintoras, los grandes y reconocidos, que tenían sus colores preferidos, aunque es muy difícil para un pintor descartar algún color en sus obras. Odiar o amar un color parece un contrasentido en la pintura. Todos los clores y tonos son bellos de acuerdo a su emplazamiento, su proporción y convivencia.
Por ejemplo, el verde es el cuarto color del arco iris, y fue uno de los primeros pigmentos de origen vegetal usado por el hombre en la prehistoria, el color verde es el color de la vida, la naturaleza, la esperanza, es un color infalible capaz de expresar un abanico de emociones.
También está el rojo, es un color que se asocia con el amor, sobre todo con la pasión, es el color de la sangre, del fuego, de la ira, es el más caliente de todos los colores. Otro color importante preferido por los grandes maestros es el azul, el color del cielo y del mar, se suele asociar con la estabilidad y la profundidad.
Por último el amarillo, el color de la vida mediante el astro sol, es el color de la mala fama, de la “mala suerte” según los actores. Era el color preferido de Vincent Van Gogh, pero son muchos pintores que también se atrevieron con este color, a pesar de sus connotaciones negativas, es un color femenino, suave, alegre, sensual y sugestivo. Según Nicolás Poussin, los colores en la pintura están para persuadir a los ojos, y es la poesía dibujada, el alma de cada artista.